Cuando bajan las temperaturas nuestro organismo como método de defensa protege los órganos vitales como EL CORAZÓN y EL CEREBRO, por lo que todo el torrente sanguíneo se dirige a ellos, para que no pierdan calor, haciendo que manos y pies reciban automáticamente una enorme sensación de frío.

Por esto tenemos que tener especial cuidado en como las abrigamos (las extremidades) y de que están compuestas las prendas que nos ponemos, principalmente para lograr respirabilidad y evitar el exceso de transpiracion, sobretodo en la zona de los pies en donde se acumulan gran cantidad de glándulas sudoríparas. Porque la piel humeda siente 10 veces más el frío.

El ideal es usar tres capas de ropa, la primera una capa de ropa interior que idealmente debe ser térmica y que cubra la mayor parte del cuerpo, confeccionada en materiales naturales que permitan la salida de la transpiración y un secado rápido. También las prendas fabricadas de polipropileno y las telas hidrofóbicas, son perfectas pues no absorben el agua y ofrecen una buena protección para la piel para que no se moje.

Cuando pensamos en la segunda capa tenemos que pensar que su función es el abrigo, y buscar fibras que protejan del frío pero que no sean demasiado gruesas, algunas alternativas naturales pueden ser la lana o cachemira. Esta capa debe dejar espacio entre ella y la primera capa, para asegurar libertad de movimiento y comodidad. Como dato la lana de angora tiene una capacidad de abrigo 10 veces mayor que la lana de oveja, punto no menor, porque ya la lana de oveja abriga maravillosamente.

Por último en la tercera capa cuya función es protegernos del ambiente externo. Aquí aparecen los impermeables, abrigos y corta vientos. Esta prenda esta determinada por el clima, la zona geografica y el medio de transporte que usemos.

Una mujer no debiera usar mas de tres capas de ropa, para no sentirse pesada, pero también para no agregar volumen innecesariamente a la silueta. Cuando las prendas están bien seleccionada no se pasa frío.

Afife Docmac